LA TÍA SARA
Había una vez una boa gigantesca. El solo verla daba mucho miedo
y todos los animales del bosque huían cuando se daban cuenta que la gran boa
salía a comer.
Pero
la boa no era mala, todo lo contrario, tenía sentimientos buenos y no sabía la manera
de demostrarlos, deseaba que todos los animalitos del bosque fueran sus amigos.
Por
eso la boa siempre estaba triste y sola y cuando algún animal del bosque se
acercaba, ella salía pero no a comérselo, sino para que se diera cuenta que
ella no era mala.
El
tiempo pasó y todo era igual, la boa seguía sola y sin tener siquiera un amigo
con quien conversar.
─ ¡Qué soledad! Sólo quiero ser cómo los demás. Decía la boa.
Un
incendio en el bosque hizo que la boa saliera de sus pensamientos, los gritos
de todos los animales la hizo asomar su gran cabeza.
Todo
era un caos, los animales del bosque corrían de aquí para allá. De pronto, unos
árboles cayeron y dejaron atrapados a varios animales. La boa, con su gran
tamaño, salió de su cueva y logró sacarlos y llevarlos hasta su cueva, que era
un lugar seguro.
Los
animales temblaban de miedo porque creían que los había salvado para luego
comérselos.
─ ¡Qué miedo! Se decían unos a otros.
La
boa se acercó lentamente y les dijo:
─ No tengan miedo, no les haré daño; sólo quiero que sean mis
amigos.
Dos
lágrimas corrieron por los ojos de la boa y los animales que ella había
salvado, se dieron cuenta que la boa no les iba a hacer daño; sólo deseaba no
sentirse tan sola.
Hola! El autor de este cuento quién es?
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