GIOVANNI BRITO
Un
grupo de niños jugaban
en la escuela, en la hora del recreo. Todos muy contentos comían el almuerzo
que sus padres les habían preparado en ese día. Cuando de repente, el más
pequeño de todos vio que un grupo de animales procedentes del bosque se acercaban hasta él.
Pensó
que buscaban algo para comer, entonces compartió todo lo que tenía con las aves y el
resto de animales que se acercaron hasta él. Cuando el niño vio que no tenía
nada más que darles, los animales se levantaron y todos se fueron en distintas
direcciones de regreso al bosque.
Un día después de terminar las clases, todo el grupo de
amigos se fue a jugar como de costumbre. Pero de pronto escucharon el sonido de
algo que se movía entre los arbustos, asustados se preguntaban que podría ser,
hablaban entre sí pensando quién debía entrar en ese lugar y mirar. Uno decía
que no quería ir porque se asustaría muchísimo, otro decía que podría tratarse
de un monstruo del bosque que se había mudado y el más pequeño vio que algunos pájaros volaban
hacia allí, entonces les dijo que si las aves no tenían miedo de ese monstruo
entonces ellos tampoco.Se llenaron de valor para entrar todos juntos caminando uno cerca del otro;
viendo que no había nada, se adentraron en el bosque, cuando de pronto
escucharon el ruido del monstruo que estaba cerca de ellos, todos corrieron
asustados hacia afuera, pero el más pequeño se quedó inmóvil en ese lugar.
Creyó que el monstruo podría
salir en cualquier momento, pero escuchó que aquel ruido en verdad se trataba
de un hombre que cantaba junto a los animales y las aves de aquel sitio.
El niño se dio cuanta que no ocurría nada, llamó a sus amigos y
todos juntos se acercaron a un gran árbol, aquel horrible monstruo que
imaginaron, no era más que un anciano que vivía con las criaturas de aquel
lugar. Se acercaron y se sentaron juntos, aquel señor les dijo que los animales
fueron aquel día a la hora del recreo porque les habían contado lo bondadoso
que fue el más pequeño con ellos. El anciano le dio en agradecimiento, una caja
mágica con la cual podría darle alimento a todo aquel que lo necesitara. Y a
los demás les aconsejó diciéndoles:
- Dios sabe
recompensar todo acto de bondad que
se realiza de corazón con todo aquel que lo necesite
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