sábado, 12 de julio de 2014

CUENTO: La Serpiente Amigable

LA TÍA SARA

Había una vez una boa gigantesca. El solo verla daba mucho miedo y todos los animales del bosque huían cuando se daban cuenta que la gran boa salía a comer.
Pero la boa no era mala, todo lo contrario, tenía sentimientos buenos y no sabía la manera de demostrarlos, deseaba que todos los animalitos del bosque fueran sus amigos.
Por eso la boa siempre estaba triste y sola y cuando algún animal del bosque se acercaba, ella salía pero no a comérselo, sino para que se diera cuenta que ella no era mala.
El tiempo pasó y todo era igual, la boa seguía sola y sin tener siquiera un amigo con quien conversar.

¡Qué soledad! Sólo quiero ser cómo los demás. Decía la boa.
Un incendio en el bosque hizo que la boa saliera de sus pensamientos, los gritos de todos los animales la hizo asomar su gran cabeza.
Todo era un caos, los animales del bosque corrían de aquí para allá. De pronto, unos árboles cayeron y dejaron atrapados a varios animales. La boa, con su gran tamaño, salió de su cueva y logró sacarlos y llevarlos hasta su cueva, que era un lugar seguro.
Los animales temblaban de miedo porque creían que los había salvado para luego comérselos.
¡Qué miedo! Se decían unos a otros.
La boa se acercó lentamente y les dijo:
No tengan miedo, no les haré daño; sólo quiero que sean mis amigos.

Dos lágrimas corrieron por los ojos de la boa y los animales que ella había salvado, se dieron cuenta que la boa no les iba a hacer daño; sólo deseaba no sentirse tan sola.

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